sábado, 29 de octubre de 2011

Yo te avisé

Han quedado difuminadas en el anonimato, con seguridad debido a la erosión constante a la cual fueron sometidas sus vidas, los nombres de aquellos que a partir de una contingencia, en apariencia banal, nos dejaron creaciones cuya utilidad no sólo permanece vigente, sino que poseen una continuidad garantizada.
Una de estas creaciones tuvo su origen en la antigua Roma y se la  utilizaba en la entrada de las residencias particulares. Es de suponer que el deseo de no ser molestados y de cuidar la intimidad hogareña hayan sido algunos de los más firmes motivos para dar lugar a, quizás, la primera advertencia gráfica disuasiva: “Cave canem” rezaba la leyenda y el diseño, como es posible apreciar en la imagen, resulta claro inclusive para los iletrados del presente.

Los motivos antes mencionados también han colaborado en la nula trascendencia de su autor y hasta el momento, la población canina a lo largo y ancho del orbe, desconoce los efectos que ha causado el cartel sobre su imagen corporativa y mucho menos ha tenido posibilidades, por cuestiones que todos conocemos, de considerar su consentimiento o rechazo.

Siglos más tarde, una obra literaria nos dejó una de las más refinadas y concluyentes advertencias, originada casualmente desde el mismo territorio que dio lugar a aquel imperio. Dante Alighieri, que como sabemos, no ha sido abandonado por la historia pero es más nombrado que leído, en el Canto III del Infierno de La Divina Comedia nos previene:

Dinanzi a me non fuor cose create se non etterne, e io etterno duro.
Lasciate ogne speranza, voi ch'intrate'

Antes de mí no hubo nada creado sino lo eterno, y yo duro eternamente.
Abandonad toda esperanza, vosotros los que entráis


Dudo que la belleza desesperanzada haya influido en los gerentes de los hoteles pero éstos han sido eficaces en la administración de ese otro infierno encantador que es la industria del turismo. A estos ilustres desconocidos se les debe agradecer la invención de un pequeño cartel que se coloca en las puertas de las habitaciones con el fin de no molestar el descanso de los pasajeros ni las satisfacciones derivadas de la práctica del comercio sexual.
No obstante, a partir del desarrollo de una ciencia tan importante como la medicina, la seguridad de un descanso reparador ha alcanzado su máxima y global expresión gracias al dedo índice sobre los labios de una supuesta enfermera. Su rostro debe ser uno de los más populares del planeta, su verdadero nombre en cambio, es conocido sólo por unos pocos privilegiados.

Los necios como es bien sabido, no son necesariamente gente de malas intenciones. Por lo general son gente común, incluso pueden haber alcanzado un alto nivel de instrucción o un importante peldaño en la escala social, pero poseen fatalmente una capacidad notable para trastornar en vano la existencia de todos aquellos seres que los rodean
A ellos, que suelen con más frecuencia de la necesaria pasar por alto las señales de advertencia, despertar la simpatía de nuestras mascotas, perturbar nuestros sueños o confundir el nombre de los grandes literatos con el de restoranes especializados en gastronomía mediterránea, tal vez el porteño autor de este cartel les haya dedicado tan categórico mensaje:


 ¿Qué resultados habrá obtenido su autor? Los desconozco, pero el hecho de que este ejemplo de fileteado contemporáneo descansara en la pared de una trastienda de una galería  de arte me hace imaginar que los arqueólogos del futuro tendrán mejores posibilidades de medir su efectividad.   




miércoles, 12 de octubre de 2011

Texto de Exposición Exit Salida # 5


El siguiente es el texto expositivo que escribí para la quinta edición del Proyecto Exit / Salida que se llevará a cabo en la Barraca Vorticista desde el 7 de octubre hasta el 27 de noviembre del 2011:


Aunque el pensamiento acerca de ellas oscile a diario como un péndulo independiente de las leyes de la física, las señales de Exit/Salida están allí haciéndonos compañía, en silencio pero sin dejar de lado su potencia expresiva. No importa a donde nos dirijamos, a donde nuestros pasos nos conduzcan, están aguardando su momento, latentes, acechando. Me pregunto: ¿encontrarán las adecuadas coordenadas de tiempo y espacio para hacerlas despertar en esta quinta edición?

Diego Mur nos habla de finales. Hace hincapié en su carácter ambiguo, plural ¿Por qué habría que pensar en una singularidad al llegar a un final?  ¿Acaso a un final se arriba en soledad?
Su instalación me recuerda la imagen crepuscular de Kane en los pasillos de Xanadú reflejándose ya abatido hacia el infinito, su repetición fugando inaprensible delatando de manera elíptica las limitaciones de los relatos que intentaban comprender las razones de su ocaso.
Diego parece también intuir que los confines que alcanzan las palabras se alían con nuestra complacencia ante la fuerza de algunos conceptos. Su obra, sin embargo, nos revela aquellos detalles que emergen luego de ese instante en que creemos cerrar las interrogaciones con un signo. 


Existe entre el mundo de los objetos y el mundo animado, del cual somos protagonistas por excelencia, un permanente flujo de afectos en constante interconexión. La intensidad de esta transacción es tal que puede hacer sucumbir nuestra acostumbrada concepción lineal del tiempo. En este sentido, una obra de arte es capaz de hacernos volver a experimentar un acontecimiento vivido en el pasado, no como su repetición literal, sino como actualización, como parte de una constante construcción simbólica de nuestro entorno y nuestra historia.  Por esta razón, los ensamblajes de Ezequiel Verona están construidos con objetos encontrados, o buscados pero ya existentes, relacionados con ámbitos íntimos, domésticos, próximos a los afectos más profundos con el objeto de volverlos a poner en –otra- circulación.  

Contaba Borges en El libro de los seres imaginarios que existió un tiempo en el que entre los reinos del hombre y el de los espejos no había fronteras. Ambos eran muy diferentes, no coincidían en seres, colores ni formas, pero convivían en paz hasta que una noche los seres de los espejos invadieron la Tierra. Su intento fue vencido por las fuerzas del Emperador Amarillo quien los redujo a partir de esa circunstancia a ser meros reflejos serviles. De allí en más permanecieron en letargo y amenazan con despertar.
Cada edición de Exit/Salida trata de convocar a esas fuerzas desconocidas que simulan estar ausentes. Consisten en pensar una propuesta que persigue estimular el rumor de sus armas proveniente del interior de cada una de las obras, percibir sus demandas, promoverlas, contrastarlas y así entonces establecerles un itinerario oportuno.